En Santiago Nonualco, La Paz, Juan Antonio González, un hábil artesano de 36 años, lleva más de una década confeccionando túnicas religiosas que embellecen diversas parroquias. Su destreza ha dejado huella en santos y sacerdotes de la Diócesis de Zacatecoluca, entre otros lugares.
Lo que comenzó hace aproximadamente 10 años como la confección de pantalones y camisas dio un giro significativo cuando algunos párrocos lo alentaron a crear prendas religiosas. Desde entonces, Juan Antonio ha dedicado su habilidad al servicio de la Iglesia, elaborando ornamentos que van desde túnicas hasta capas.
Uno de sus proyectos más recientes fue la confección y decoración de la túnica y capa de Jesús Cautivo, de la parroquia El Calvario en Zacatecoluca. Este trabajo fue parte de la consagración de la imagen, llevada a cabo el 27 de enero en el templo.
La túnica, hecha de terciopelo, representó un desafío para Juan Antonio, pero con dedicación y destreza logró superarlo. “Para mí, ha sido una dicha, Dios me ha concedido la gracia de servirle de esta manera”, comparte el artesano.
Juan Antonio colabora estrechamente con las parroquias y aquellos interesados en sus diseños. En algunos casos, se trabaja en conjunto para definir los detalles, como bordados o accesorios. La túnica de Jesús Cautivo, por ejemplo, cuenta con broches forrados para un toque estético adicional.
Con humildad, el artesano destaca que ha aprendido y mejorado su arte a través de tutoriales en internet, especialmente en lo que respecta al bordado en máquina. “Quizá no merezco trabajar tanto en la Iglesia, pero Dios ha tenido misericordia”, señala Juan Antonio.
Este oficio no solo es una expresión de devoción, sino también una fuente de sustento para su familia. Con cuatro hijos, Juan Antonio, además de dedicarse al arte, cultiva maíz y frijoles y también trabaja como motorista. “He buscado siempre ganarme la vida honradamente”, enfatiza el artesano.