El Centro Urbano de Bienestar y Oportunidades (CUBO) está marcando una diferencia significativa en las comunidades de El Salvador al promover el desarrollo a través del arte, la cultura, el deporte, la lectura y la tecnología.
Para Diego Marcelo, un adolescente entusiasta de 14 años, el CUBO en la comunidad de Mejicanos, San Salvador, se ha convertido en su refugio. Es un lugar donde puede realizar tareas escolares, leer libros y practicar su pasión por el skateboarding. Antes, las calles de su comunidad y de la ciudad eran sinónimo de peligro, pero gracias a espacios como el CUBO y los resultados en seguridad, Diego puede perseguir sus sueños con optimismo.
El programa CUBO, auspiciado por la Dirección de Reconstrucción del Tejido Social del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, fomenta la pertenencia comunitaria y brinda esperanza en zonas antes vulnerables a la violencia y la inseguridad. Este proyecto, en contacto directo con las comunidades, no solo busca prevenir la violencia, sino también sentar las bases para un crecimiento sostenible y una mayor inclusión social.
Diego aspira a labrar una carrera en el mundo del skateboarding y convertirse en arquitecto. Sus habilidades ya lo llevaron a México para narrar una competencia internacional de skateboarding. Además, aprovecha al máximo las oportunidades de aprendizaje y estudio que ofrece el CUBO en su comunidad.
Carlos Marroquín, director de Reconstrucción del Tejido Social, explicó que el programa CUBO nació como respuesta a la necesidad de brindar espacios de prevención contra la violencia y promover la convivencia comunitaria en zonas vulnerables. El proyecto ha tenido éxito al involucrar a la comunidad en la gestión de los espacios, reconociendo sus gustos, prioridades y necesidades.
El impacto positivo del CUBO se refleja en la aceptación comunitaria y en la prevención de la delincuencia. Este enfoque integral incluye acciones como la implementación de huertos urbanos para la seguridad alimentaria y la generación de oportunidades económicas dentro de las comunidades.
El éxito del CUBO en El Salvador ha despertado interés internacional. Alcaldías de países como Chile y Ecuador buscan replicar este modelo en sus comunidades, reconociéndolo como un ejemplo exitoso en la prevención de la violencia y la promoción del bienestar comunitario.